Crónica de un desastre anunciado
El día jueves 17 de diciembre, cerca del mediodía, un grupo funcionarios de la Subdirección de Informática fueron alertados por su subdirector sobre la sospecha de contagio COVID-19 de un funcionario, en un sector cercano a sus oficinas, señalándoles que se realizaría una sanitización del área y que estaban autorizados para retirase a sus hogares “si les parecía”.
Ante la falta de información oficial, se comenzaron a contactar entre colegas para obtener mayor certeza de lo ocurrido, y al avisar a sus jefaturas del retiro anticipado a sus hogares, éstas desconocían la información, por lo que no pudieron ratificar lo señalado verbalmente por el Subdirector.
Un rato más tarde, se realizó una reunión presencial con diversas jefaturas de área, en la que asistió una persona que había sostenido contacto estrecho con el funcionario contagiado, quien hasta ese momento no había sido informado de su condición. Producto de esta omisión, todos los participantes de esa reunión se sumaron al grupo de potenciales contagiados, incluyendo el mismo Subdirector de Informática.
Los pocos funcionarios que se habían informado hasta ese momento, acordaron no asistir al día siguiente y trabajar en forma remota como una medida de autocuidado, sin contar con el apoyo u orientación de sus jefaturas y arriesgando sanciones por esta decisión.
La angustia se acrecentó el día viernes 18 de diciembre, cuando se confirmó el contagio del funcionario y diversos funcionarios fueron derivados a la Asistente social, quien les confirmó estar en la lista de sospechas de contagio, les entregó información sobre acciones a seguir, entre las que se les sugirió “realizarse un PCR”, y les solicitaron teléfonos celulares de otras personas sospechosas de contagio.
Entre tanto, las jefaturas de las áreas afectadas informaban a sus funcionarios con sospecha de contagio que “debían presentar un PCR negativo para volver a trabajar” y señalaban a quienes no se encontraban en esta condición que podían mantenerse en labores presenciales porque se había realizado una “sanitación”, sin tener certezas de sus características ni área de cobertura
Pese a haber transcurrido 1 día de esta noticia, y ante la ausencia de información oficial por parte del Servicio, los funcionarios comenzaron a contactar a sus dirigentes regionales para obtener su apoyo y exigir la implementación de las acciones comprometidas en los protocolos respectivos, de modo de evitar una probable crisis sanitaria en el equipo de trabajo.
Pese a las diversas gestiones realizadas por funcionarios y dirigentes regionales, recién el martes 22 de diciembre, nuestra directiva regional Aneiich DN-DGC logra conseguir, una reunión formal para la mañana siguiente, cuando ya se contaba con la certeza de 3 contagios y 10 funcionarios sospechosos. Pese a las alarmantes cifras, las autoridades de la Subdirección persistieron en minimizar la situación, señalando que seguirían evaluando su evolución, por lo que descartaban el cierre preventivo de la Subdirección, solicitada formalmente por nuestra asociación el mismo viernes 18.
Esa reunión, sólo se concreta a raíz del envió a primeras horas de la jornada, de un comunicado a todos sus asociados, alertando sobre la situación y convocándolos a optar por trabajo remoto y a extremar las medidas de autocuidado ante eventuales contagios.
Posteriormente llega un segundo comunicado a todos los funcionarios de la Subdirección, donde se les informa escuetamente de los contagios confirmados, junto a la decisión de ampliar las medidas preventivas liberando de trabajo presencial, solo a los trabajadores de “áreas abiertas”. Situación que se iría evaluando en los próximos días.
Ante la indignación generada por este correo, y tras la insistencia de nuestra asociación, se logra concretar la reunión con presencia de la Subdirección de Asuntos Corporativos y ambas asociaciones de funcionarios, oportunidad en que ANEIICH planteó 12 puntos o propuestas para dar una respuesta definitiva a esta emergencia. Pese a que se revisaron en detalles estas propuestas, la Dirección del Servicio persistió en su decisión de no decretar el cierre preventivo de la Subdirección.
Recién el día viernes 25 de diciembre pasado las 17.00 horas, Erick Marinkovic informó a través de correo a todos los funcionarios de informática, que, ante la confirmación de un quinto contagio en la subdirección, “(…) en conjunto a la Dirección se ha decidido extender la cuarentena preventiva para todas las personas que trabajan de manera presencial y tenían turno la próxima semana. Además de ampliar estas medidas a las jefaturas”, medida que se extenderá hasta el próximo lunes 04 de enero.
Falencias del protocolo de continuidad COVID-19
¿Por qué razón las autoridades competentes se demoraron más de una semana en adoptar una decisión que debía ser implementada en forma inmediata?, ¿Por qué razón se informó a los involucrados en este caso de forma tan errática y segmentada?, ¿Por qué razón se decretó inicialmente el trabajo remoto sólo a los funcionarios que trabajan en espacios abiertos, cuando ya se contaba con información de casos sospechosos en distintas áreas de la subdirección?, ¿Por qué razón las asistentes sociales deben obtener información de contacto de los funcionarios cuando esta información se dispone de todos los equipos que deben realizar trabajos de emergencia?, ¿Por qué razón se les sugiere a los funcionarios realizar en forma particular exámenes PCR, cuando éstos debieran ser instruidos a través de la mutual de seguridad por tratarse de contagios de origen laboral?, ¿Por qué razón se necesita la autorización del Director Nacional para implementar una medida preventiva que de acuerdo al protocolo de continuidad COVID-19 recae en los propios subdirectores y directores regionales?, ¿Qué ocurre ante situaciones de contagio que involucran a 2 o más subdirecciones de la Dirección Nacional en forma simultánea?, ¿Las subdirecciones de desarrollo de personas y asuntos corporativos están ejerciendo el rol de coordinación que les compete en esta emergencia?
Éstas son solo algunas de las preguntas que surgen al conocer los hechos ocurridos en la Subdirección de Informática, y que lamentablemente se repiten en otras regionales del país que han enfrentado casos de contagio, dejando en evidencia las múltiples falencias y áreas grises que posee el protocolo de continuidad COVID-19, implementado abrupta e improvisadamente por el Servicio durante el pasado mes de septiembre, y que aún no se revisa, pese al compromiso explícito contenido en el mismo protocolo, y que han transcurrido más de 3 meses desde su dictación, período en el que han surgido de nuevos dictámenes de la Contraloría General de la República, se han formulado múltiples observaciones a este plan y su implementación por parte de las Seremis de Salud a lo largo del país y los tribunales de justicia acogieron el recurso de tutela laboral presentado por nuestras asociaciones de funcionarios, instruyendo la derivación a formatos de trabajo remoto de todas las personas mayores de 60 años, sin posibilidad de asistir bajo el rótulo de “voluntarios”.
A juicio del Presidente Nacional de ANEIICH, Marcos González, “aún existen muchos espacios de mejora en los protocolos definidos por el Servicio, que están siendo interpretados de forma distinta entre las diversas Subdirecciones y Direcciones Regionales, y definitivamente, no existen estándares mínimos de transparencia en el manejo de contagios o sospechas de contagio, lo que obviamente acrecienta la sensación de desconfianza hacia nuestras autoridades y la percepción que éstas priorizan la atención presencial por sobre la vida y salud de quienes trabajamos en el Sii. Por esta razón cobra aún más relevancia el recurso de tutela presentado en tribunales, que asegura la protección efectiva de las personas que enfrentan un mayor riesgo de presentar un cuadro grave en caso de enfermar”.
Acciones sindicales frente a este primer foco de contagio confirmado en el SII
Ante la gravedad de lo ocurrido en Informática, el Directorio Regional ANEIICH DN-DGC, presentó este fin de semana una denuncia ante la SEREMI de Salud RM, con el fin que se investigue en profundidad lo ocurrido y si las autoridades implementaron en forma efectiva los protocolos gubernamentales e institucionales correspondientes, y dieron cumplimiento a las observaciones formuladas por la propia SEREMI en la fiscalización realizada el pasado mes de septiembre a petición de ANEIICH.
A juicio de la presidenta subrogante de ANEIICH DN-DGC, Nidia Bravo, “Todo indica que en los próximos días lamentablemente recibiremos la confirmación de más personas contagiadas, por lo que enfrentaremos una grave situación sanitaria con nuestros compañeros de trabajo, a quienes brindaremos todos los apoyos que se encuentren en nuestro alcance”. Asimismo, señaló que lo ocurrido en Informática, “deja una vez más en evidencia la improvisación, falta de solidaridad y reflexión por parte de los equipos directivos responsables del manejo de esta emergencia, que gastan miles de hojas en protocolos y normativas bien escritas, pero que lamentablemente se quedan solo en la teoría o guardadas en un cajón”.
Asimismo, desde el Directorio Nacional ANEIICH confirmaron que se realizará una campaña informativa para que todos nuestros asociados “conozcan y ejerzan sus distintos derechos en el contexto de esta pandemia, y exijan a sus jefaturas y autoridades el cumplimiento estricto de los protocolos definidos para estos efectos”. Asimismo, reiteraron su llamado a las autoridades del servicio para “revisar de un modo integral los planes implementados hasta la fecha, y a incluir de una vez por todas a nuestras asociaciones en el monitoreo y acompañamiento de casos de contagio y sospecha”.
De no ser por la consciencia, solidaridad y proactividad de nuestros propios asociados y dirigentes, las autoridades institucionales harían caso omiso de los protocolos que ellos mismos definen, demostrando una vez más que en las decisiones cotidianas, “el afecto de siempre” es solo un refrán, ya que sistemáticamente se privilegia la atención presencial por sobre la vida y salud de quienes trabajamos en esta institución.
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