Conocimos la increíble historia de nuestra colega de la Unidad de Victoria, Karina Collío, quien recién hace solo unos días pudo reencontrarse con su hija Consuelo tras un largo y angustioso trance luego de que la joven quedara literalmente “atrapada” en la ciudad de Iquitos, puerta de entrada al Amazonas peruano, en los primeros días de la pandemia Coronavirus, y donde el pánico inicial hizo que las autoridades cerraran las puertas de las rutas aéreas y terrestres, dejando a decenas de compatriotas varados.

Nuestro gremio, ANEIICH, fue partícipe de esta historia, y junto con asistir y contener a nuestra socia y amiga, desplegó toda la solidaridad gremial internacional para traer de vuelta a Consuelo, quien por estos días guarda cuarentena preventiva al calor de su hogar y su familia en la Región de la Araucanía. 

“Soy socia de ANEIICH hace 12 o 13 años, desde cuando ingresé al Servicio en la Región de la Araucanía, específicamente en la Unidad e Victoria. En marzo, mi hija Consuelo tomó un viaje junto a su pololo a Perú, específicamente a Iquitos, con el fin de vacacionar pero también de desarrollar un proyecto de biodiversidad enfocado en las aves, ya que ella además de ser profesional de la salud es ornitóloga aficionada”, parte relatando Karina Collío.

“A los días de su llegada a Perú, debido a la cuarentena implementada que hizo que las autoridades decretaran el cierre de la frontera, no hubo posibilidades de adentrarse en el Amazonas y debieron quedarse en Iquitos. Poco a poco debido a las medidas sanitarias que fueron tomándose de forma progresiva el cerco se fue cerrando, y la única alternativa que tuvimos fue recurrir a la ayuda humanitaria para repatriarlos. En Iquitos llegaron a haber 18 residentes en Chile varados sin poder salir. Esta situación se prolongó por al menos un mes y medio”.

Es en este momento del relato cuando se inician las gestiones de nuestra asociación para ir en ayuda de la colega. Como ANEIICH, nos pusimos en contacto con los dirigentes Sandro Armas y Avilio Minaya, de la asociación de funcionarios de la Superintendencia de Aduanas y de Administración Tributaria, SUNAT, el símil del SII en ese país.

Al igual que ANEIICH, SUNAT es miembro de  COLTIP, Confederación Latinoamericana de Trabajadores de Ingresos Públicos, y a partir de esa plataforma de cooperación sindical internacional, nos fue posible asistir a Karina. “El apoyo de ANEIICH fue clave ya que junto con contactarme a diario para saber de Consuelo y de mi estado emocional como mamá, contención y apoyando la causa intercediendo en distintas instancias. Hubo que hacer mucha presión. El objetivo era acercarlos lo más posible a Lima y finalmente la Fuerza Aérea Peruana los rescató desde Iquitos y pasaron unos 10 días antes de que pudiese salir un vuelo humanitario desde allá hacia Chile”.

Finalmente, las gestiones multilaterales llegaron a buen término y nuestra socia pudo reunirse con su hija el pasado viernes 17 de abril. Llegada que, según lo que nos cuenta, no estuvo exenta de dificultades: “Lamentablemente a pesar de que en Perú estuvo más de un mes en cuarentena, y llegando a Chile fue derivada a un hotel sanitario Plaza Londres en el centro de Santiago por la Seremi de Salud, algo que supuestamente no iba a pasar ya que yo había hecho todas las gestiones, contactos y consultas para saber el protocolo de llegada a Chile. Pero una vez acá se perdió la cadena sanitaria y debieron permanecer en el hotel encerrados en sus habitaciones. Después pude finalmente traer a nuestra hija a casa”.

ANEIICH Nacional saluda a nuestra socia y su familia, y agradece encarecidamente a nuestros colegas de FENTATSUNAT y COLTIP por la ayuda dispensada, relevando la importancia de la solidaridad internacional entre organizaciones de trabajadores con foco y objetivos comunes. Construyendo y fortaleciendo lazos, las organizaciones de trabajadores se fortalecen y proyectan hacia el futuro.

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